Tenéis que ver Porto Marin, por aquí cruza el rio Miño y es preciosa la ciudad, sus tejados, su iglesia, su gente. Estoy bastante mal de la tendinitis de la izquierda así que me voy a dopar "pipas, pipas".
Sabéis antes por el bosque he visto a Caperucita coja, lo que pasa es que era un lobezno (menuda barba tengo) atroz. No he podido alcanzarla.
Estoy muy mayor, me voy a dedicar a oler las heces de las vacas, cada día me gusta más, no es como el olor de la gasolina, pero tiene su puntillo.
Caminante tus huesos
darán en el rio
caminante yo no te olvido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario