martes, 25 de noviembre de 2008

Siempre Vamos al lugar dónde alguién nos espera

Siempre vamos al lugar dónde alguien nos espera. Eso me dijo. Nunca la volví a ver; fuí día tras día al lugar dónde soliamos quedar, recordaba su olor, su mirada dulce, su sonrisa, sus risas entrecortadas, siempre tenía una excusa para reirse con cariño de mí, pero ahora son sólo recuerdos, no está....

Dónde se ha escondido, a dónde se ha ido?. Sólo me queda la carta que dejó en la almohada. Me voy, me escribió "me voy, algún día lo entenderás, ahora dejáme marchar, es lo mejor, ya se que te voy a hacer mucho daño, pero es mejor así.".

Todavía releo la carta, la tengo totalmente llena de celofán, la rompí, la pegué, la arrugué, la planché, la mojé con lágrimas, la sequé cutremente con el secador, la tinta se expandió; hay partes emborronadas, pero todavía conserva su olor, ese olor que me fascinaba. Muchas veces pensaba que lo que me atraía era el olor. Pero sólo se lo reconocía en el cuerpo de ella.

Ahora ya sé dónde está, porque se fué, porque no me lo dijo, porqué era mejor en ese momento y no después.

Fuí al lugar dónde alguién nos espera a despedirme de ella, me lo dijo su hermana; recordé su olor, recordé su mirada, recordé su sonrisa, recordé su risa.

No sé, en estas fechas me acuerdo mucho. Siempre me acuerdo, pero en estas fechas aún más.

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