jueves, 6 de marzo de 2008

Encuentros con la casualidad

Recuerdo que hace muchos muchos años, cuando D no tenía todavía hijos me comentaba que las casualidades hay que buscarlas.

Por aquella época tuvimos algún que otro encuentro con la casualidad, uno de ellos está muy presente en mi vidad a pesar del tiempo transcurrido. Fué el día de la máquina de tabaco, al pulsar una combinación de botones de la misma, el techo del Rico se abrió y de allí se descolgó ella.

Menuda castaña llevabamos los dos, todavía recuerdo con sonrisa su camiseta blanca totalmente manchada de tinta roja, fué bonito el encuentro y las risas.

Seguí volviendo al Rico y creía apretar los mismos botones de la máquina, pero ya no conseguí que ninguna chica se descolgara; ahora sé que la que bajó el primer día había roto el mecanismo.

Ahora lo intento con las máquinas de café; todavía no he conseguido la combinación, pero lo sigo probando.

Buenos Dias !!!!!

4 comentarios:

biku dijo...

Yo creo que se cual es esa combinación, es tan fácil y tan dificil al mismo tiempo: estar presente en cada momento y no buscar nada... Jeremias

trenka ho tot dijo...

@biku, joder Jere, me estás dando siempre en la llaga, sabes de lo que se habla...

Anónimo dijo...

Yo tambien tuve en su dia un encuentro con la casualidad en el rico y ahora llena mi vida.

Onanista dijo...

Sigue Pere, las combinaciones son infinitas, cajeros, maquinas de cocacolas, en los parking, cada vez que encuentres donde poner una combinación, no lo dejes de intentar, puede que cielo se vuelva abrir.
Y en una ocasión metí en un cajero mi tarjeta de crédito y olvidé la combinación, traté de recordarla, pero era imposible, me quedé en blanco, al final cancelé y me fui a dar una vuelta. Tras un paseo recordé la fecha del descubrimiento de américa, del final de la segunda guerra mundial, de la llegada del hombre a la luna, pero de mi clave nada, en blanco. De nada me servia acordarme del descubrimiento de américa si no podía sacar dinero de mi cuenta. Al final pensé que la cultura me estaba persiguiendo después de que yo me he pasado media vida persiguiéndola yo a ella, ojala me alcancé. Mientras tanto, tú sigue con tus claves.

No sé ni lo que te escrito perdona se me han ido los dedos. aaaaayyyyyyyyy